Pepe Guzmán Callejón.




 


A LA MUJER CORDOBESA

Por corona, Sierra Morena,
De pinares y encinares,
La baña el Guandalquivir,
Donde Córdoba, florece,
Ciudad bien guardo en mí.

Cuna de grandes artistas,
Donde reciben el calor
La gloria del suelo español
Que deslumbra con su brillo,
Más que en el cielo el sol.

Y no se puede ni igualar,
En belleza y dulzura,
Cordobesas, bien nacidas,
Modelos de los pintores,
Orgullo de Andalucía.

Sus labios muy sonrientes,
Los dientes cuando lo smiras,
Son capullos de azahar,
Los ojos son dos luceros,
Que tiemblan con su mirar.

Más derecha que una vela,
Muy altivo su caminar,
Alegría de pandereta,
Taconeando cuando anda,
Al compás de una soleá.

Su aire de sultana y mora,
La fe de cristiana lleva,
Semblante, tristeza, pena,
Perfume, flor de romero,
Suelta sus carnes morenas.

Que le escriben de amores,
Que le recitan los poetas,
Posar con los escultores,
Es cristiana y soberana,
Mujer de cordoba, la llana.



BAJO EL CIELO DE GRANADA

Quisiera hacer en este día,
un gran ramo de rosas bellas,
en mi pensamiento que llega,
la ilusión a la poesía.

Crieó Dios, para su recreo,
bajo este cielo de Granada,
la besa el sol en su delirio,
que es toda un aflor temprana.

Corazón para darte vida,
y baja de la sierra el viento,
mientras la guitarra galana,
se va perdiendo en su lamento.

Bajo este cielo de Granada,
y la blancura de sus montes,
allá, se oye ritmo de zambra,
escapando del Sacromonte.

Cuando el sol se va escondiendo,
La Alhambra, va enrojeciendo,
sombras se ven por los senderos,
las acompañan los luceros.

Bajo este cielo de Granada,
se desliza el Genil y el Darro,
de historia se van empapando,
por ser mora también cristiana,
bajo el cielo de Granada.




CANTO A LA POESÍA

Poesía
En mi mente vas prendida,
y te llevo consagrada,
versos que se engalana,
humilde poeta cantara,
en las calles de Granada.

Abrí el corazón a todo lo bello,
viajando por el pasado sin olvido,
dar la pasión como plebeyo,
expresar todo en versos lo vivido,
sin odios ni resentimientos.

Poesía
Gloria del Sol de Andalucía,
poeta, reparte amor al viento,
conteiene popular la poesía,
que va dejando los sentimientos.

Acompaña bellas melodías,
al pié de encina y un romeral,
beber agua fresca, cristalina,
entre piedras, juncos, el manantial.

Poesía
Yo soy amigo del viento,
admiro ¡ la tempestad !,
prefiero al calor y al frío,
la brisa primaveral.

Me encanta la media noche,
también su negra oscuridad.
A mí me gusta el silencio,
¡Yo amo la soledad!

Me gusta de esta vida,
de la mujer, su sonrisa,
un jardín bien florido,
de las estrellas su brillar.
Me gusta ver unidos,
al naranjo y al rosal.




CRISTO DEL CONSUELO
(plegaria)


Esclavo de este mundo, pecador de mis pecados,
te pido con humildad, que tu corazón lleno está.

Siempre te vengo a pedir, mis manos vacías están,
se cantar los versos, se me olvidan las plegarias,
si mi corazón está vacío, dale gloria a mi alma,
si mi dolor es fuerte, tu tormiento no se acaba,
nunca me acerco a hablar, donde tienes tu morada,
en un rinconcito de mi corazón,
se que estás conmigo y me amas.

Cuando hacia el cielo te elevaste,
para estar con el divino padre,
desde la gloria, te ensamblas,
para recuperar nuestras almas,
en las sombras siniestras aguardan.

No te conocía, bien me hubiese gustado,
y quitarte del madero, al que te han clavado,
con mis propias manos, de la Cruz,
te hubiese bajado.

¡Ay! Cristo del Consuelo,
mi corazón se muere, mi corazón se acaba,
antes quisiera Cristo, si mi vida se aguanta,
poder limpiar tus heridas,
con mi llanto y mis lágrimas.

Por eso a ti te pido,
que salves mi alma,
que esta penando y penando,
por el dolor de los humanos.

¡Ay! CRISTO DEL CONSUELO,
¡AY! CRISTO DE LOS GITANOS.

 
CUANDO ALGO COMIENZA

En cualquier sitio o aldea,
bien sea ciudad o pueblo,
surge una vida que destaca,
que destaca sobre las demás,
como amor, trabajo o amistad.

Allá en un pueblecito escondido,
entre las montañas y el mar,
todo blanco, lo acaricia el Sol,
con sus rayos, florece la flor
y un niño lleno de humildad.

Con necesidad en tiempos pasados,
fue creciendo alegre, jovial,
de su tierra enamorado,
por garganta un ruiseñor,
faltaba el trabajo, se marchó.

Quiso volar, donde sentar los pies.
Ave migratoria por la libertad,
como tantos otros igual que él.
En Badalona, se vino a posar.
Las esperanzas a rebosar.

En sus inquietudes, en su soñar,
en otras tierras halló la paz,
y su vida llena de felicidad.
Con sus ambiciones de prosperidad,
hacia Alemania para mejorar.

Con sentimientos en su cantar,
al pueblecito que lejano está,
de nostalgia salió esa voz,
su Andalucía, no podía olvidar.

Almería, un inmenso coral,
es tu hermosa bahía.

Los que escuchaban sus almas rompía,
de añoranza se ponía a llorar.
¿quién cantaba? era, MANOLO ESCOBAR.

  
Allá con tu soledad en tierra extraña,
cómo sentiste el amor en tu alma,
con alegría y suavidad le cantabas.

Anita que lindo nombre tu nombre cariño.

Sobre el triunfo de grandeza, hidalguía,
orgulloso del prodigio de tu voz,
como los pájaros con sus trinos dan alegría,
del abismo sacas ternura de amor.

Tu mismo, en tu oficio sabes superar,
cada día en tí, un nuevo sol,
el canto es florido, como el naranjo y rosal,
los sentimientos de armonía das calor.

En el semblante, garbo y solera,
cantases al trigo y amapolas, en la era,
que perdiste tu carro, mal arriero,
lo ibas pregonando por el mundo entero.

Tú, "MANOLO ESCOBAR" esbelto y elegante,
vas repartiendo trozos del corazón,
al aire limpio y fragante, de tu cante,
primavera de flores y amor admirable.

El día que te vayas,
y quedemos sin consuelo,
habla con Dios, y junto a tí,
tengamos un sitio en el cielo.


EL BARQUITO

Iza barquito las velas,
que corre brisa de aliento,
vamos a cruzar la bahía,
la bahía de los sueños.

El barquito a la deriva,
deriva de sentimiento,
que no los hay más ligero,
cuando le sopla el viento.

Al pueto de la esperanza,
el barquito se arribó,
y mientras el marinero,
del cielo se tombaba el sol.

Un buen día de bonanza,
una moza al muelle llegó,
vió ese barquito velero,
no había con más salero,

La niña se lo miraba,
si, morena y resalada,
aroma de jazmín en flor,
y de un barrio de Granada.

Ella gritó ¡ marinete !
¡y tu gorra de capitán!
yo, embarcaré de grumete,
desapareceré por la mar.



EL PUENTE Y EL RÍO

El puente siempre contento,
el río lo besa y se va.
Que suave pena yo siento,
saber que no volverá.
El río pasa de largo,
nadie lo puede parar,
despierta de su letargo,
de un manantial de cristal.

El río mira hacia atrás,
el puente ya no está,
va derramando su llanto,
sobre la orilla del mar.
Soy el puente del olvido,
tú el agua del desengaño,
en las orillas vencido,
despierto pero soñando.

El puente nunca se mueve,
agua, no deja de besar.
Piensa bien cariño mío,
ni yo puente, ni tu río.
Esa noche junto al río,
florecieron mis amoríos,
me guardabas el secreto,
para que no haya olvido.

No le tengo ningún odio,
ni le guardo ningun rencor,
fuiste río de mi pesar,
lo pasado bién pasó.
Déjame triste, quítame,
el beso de madrugada,
mira cuanto la querré,
no pasaré su muralla.

A qué vine anoche, puente,
a ver el agua serena,
yo, pasar y recordarte,
el secreto de mis penas.
 


FEDERICO Y GRANADA

Federico, tu amor por granada,
¡Ay! Granada, Granada,
por buscar tu rincón en Granada,
por buscar ese rincoón de amor.

Sí, te olvidaste que nuebes y rayos,
de una tormenta sin razón,
tu grandeza, la envidia,
que tu ternura despertaba,
las malas conciencias te perdió.

Eso fue algo que nunca esperabas,
en aquella triste madrugada,
desde tu rebosante humanidad,
desde tus risas, desde tus cantos,
desde tus lágrimas y tus llantos.

Yo, que jamás pensaba escribir,
y menos escribir un verso
pero si al leerte tu vivir,
todo mi ser, te lleva dentro.

Hace tiempo que me quiero desplazar,
es una ilusión en buscar tu sombra,
donde, no se donde la puedo hallar,
si en la vega en Fuente Vaqueros,
en San Vicente y su huerta,
es su casa de recreo.

Buscarla entre Viznar y Alfacar,
llevarte una manta de amores,
y a tu sombra poderla abrigar,
que se duerma esa tristeza,
al marcharte le dejaste
a los poetas de Graná.




LA ROSA Y LA MARIPOSA

Una mañana de Mayo,
con mis pensamientos,
ensimismado,
paseando por el parque,
sin pensar en el presente,
recordando el pasado.

Cuando de repente,
una bella mariposa,
de vivos colores,
revoloteaba entre las flores,
describiendo un gran zigzag,
se vino a reposar,
en una hermosa rosa,
que erguía del pequeño rosal.

Tomé asiento para descansar,
en el banco del lugar,
con los ojos cerrados,
un poco adormilado.

En la cara de la mariposa,
vi mi rostro reflejado,
estaba como reposando,
en los pétalos rosados,
la rosa y yo nos miramos,
nos miramos con amor,
nos dimos unos besos,
unos besos con pasión,

Desperté por un grito,
un grito muy angustiado,
se me paró el corazón,
me quedé asustado,
cuando vi que la rosa,
por el tallo habían cortado,
maldigo, maldigo
a esa mañana de Mayo.



NOCHES LARGAS

Esas noches oscuras frias de invierno,
es cuando tu recuerdo me aparece,
aterrado dolorído, mi sufrimiento crece,
siendo dentro de mi el dolor del infierno.

¿Dónde va el amor, cuando suspiras?
si se apaga la llama, todo se olvida,
esperar otro amor, otra sonrisa,
estar en las largas noches, esperando el día.

En la madrugada  contigo soñaba,
paseando de la mano, antes del alba,
solo eran sueños, relidad, no hay nada,
los recuerdos tristes, medespertaban,
con pena y dolor, en la madrugada.

Que pase el invierno de las noches largas,
que llegue la primavera con sus corteinas, de agua,
que crezca la hierba en las montañas,
que se llene de flores mi vent



POEMA DE LA ROSA Y EL CLAVEL

Era un clavel, esbelto y orgulloso,
a su lado una rosa, blanca y perfumada,
los dos crecieron, en el jardín frondoso,
ella miraba al clavel, muy enamorada.

Los dos juntos,
con sus hojas caricias se daban,
en la madrugada los pétalos suaves,
de la blanca rosa, con la brisa,
a los pétalos del clavel besaba.

Sin saber porqué, en el jadrín de ensueños,
donde estaban las flores estaba el misterio,
al lado del clavel, en el jardín risueño,
había una flor, era Malva, Malva loca.

El clavel percibió las risas, los cantos
de la Malva, con su locura arrasa,
se perndió de sus encantos, dejó a la rosa,
rosa limpia, rosa blanca,
lo quería desde la infancia.

Vino un golpe de viento, sería solano,
con la brisa del viento se fue la Malva,
dejando al clavel, triste y desolado,
no pudo ver a la Malva mas a su lado.

El clavel se fue a ver la rosa blanca,
se había marchitado,
de pena del amor desdichado,
quedó triste sin consuelo, muy apenado,
había perdido por la Malva,
a su rosa blanca.

que se llenen de niños, las calles solitarias,
que tengan alegría, todas las almas.

Que acabe el invierno de las noches largas,
que llegue la primavera, florida y rosada.



RECUERDO SIN OLVIDO

Déjame a la orilla del río,
en esa temprana mañana,
que ya sabe del desvarío,
que me despierta las campanas.

En esa temprana mañana,
me siento a la orilla del río,
cuando va asomando el alba,
que su recuerdo me vino.

Cuando va allá amaneciendo,
si, que sentí, tristeza me da,
y mi alma sólo la encomiendo,
y ha este vivir de carnaval.

La ansiedad de amor que me llega,
me la prohibieron sin sentido,
primavera abrió sin apena,
amor, se mantuvo escondido.

Que podía darte a cambio,
ese tiempo que compartimos,
por esos besos que nos dimos,
ese recuerdo sin olvido.


"ROSA"

Nace rosa encendida,
nace llena de alegría,
en tu edad temprana,
no te andas por las ramas.

Coges un veloz vuelo,
como las grandes estrellas,
te colocas en el cielo.

La niña Rosa canta,
canciones para el amor,
le salen de su alma,
con sentimiento, corazón.

¡Ay!, Rosa, Rosa, Rosa,
dueña de los gemidos,
despiertas los sentidos,
aquél corazón dormido.

Rosa, perfumada, airosa.
Esta Rosa, no tiene espina,
no dará motivos de herida.

Escuchar, su dulce cantar,
de amor y algería.

Todos bailan a tu son.
Embrujados los mantienes,
¡yo comprendo la razón!
 


ANDALUCÍA

Penas y alegrías,
la popular poesía,
que sale del alma,
de Andalucía.

Blancas casitas,
palomas al viento,
risas son por fuera,
penas son adentro.

Dorados trigales,
el sol acaricia,
se mecen se mecen,
con la suave brisa.

Montes que están las fuentes,
fuetnes que forman ríos,
ríos que bajan por las laderas,
y por sus orillas,
bellas flores en primavera.

Pueblos blancos,
sierras verdes,
donde la vista
se pierde.

Por sus cañadas,
riachuelos
con aguas claras.

su gente sencilla,
las que viven
por sus villas.

ésa es Andalucía.



BLAS INFANTE

Diste toda tu sangre,
por Andalucía, Blas infante.

Naciste en un pueblo andaluz,
no importa el nombre,
en esta tierra viste la luz,
fuiste un buen hombre.

Recorrias poco a poco,
de tu tierra sus rincones,
te parabas, hablabas,
en tus palabras ilusiones.

El sentir del pueblo llano,
en un libro plasmaste,
no te temblaron las manos,
hacia él te volcaste.

Fue aquél día de agosto,
del año ya tan lejano,
como aun delincuente,
sin compasión te trataron.

Su cuerpo rebosante de vida,
su corazón, lleno de amor,
en sus labios la sonrisa,
las balas de los fusiles cortos.

Por defender tu Andalucía,
sin pensar, Blas infante,
diste tu vida, y tu sangre.



CONTIGO EN PRIMAVERA

Déjame etar contigo en la primavera,
en un jardín de flores junto a tí,
envueltos entre bellas rosas perfumadas.

Mirando como vuelan las mariposas,
vuelan y vuelan las mariposas
entre las flores de mil colores,
al compás de las melodías
que se dejan sentir con el viento las hojas y sus ramas.

¿Por qué los pétalos de rosas son tan suaves ?
Como si en la suavidad de una noche
llena de brillantes estrellas
un beso de amor diera y unos
cálidos labios te respondieran.

Si pudiera sentir el amor de unos labios
jugosos, suaves como pétalos de rosas,
en una tranquila noche de brillantes estrellas
sin pensar mi vida diera.

Anda empecemos otra vez, vamos ni te rindas,
ó, qué, ¿Anda mírame?. Dame el calor del amor
con tus tiernos abrazos, me despiertas la pasión.

Tú y yo juntos, en el paraíso del amor,
dejame estar contigo entre pétalos de rosas,
que primavera siempre fuera,
contemplar la luna y las estrellas.
 


CUANDO ACABE LA PRIMAVERA

Cuando la luz del alba clareaba,
tranquilo y soñoliento abro mi ventana,
para que el viento la cara me acariciara,
me vino el aire limpio de primavera.

Admirando las florecillas de la ribera,
mi alma de ilusión se estremece,
por la fragancia a campo y hierba,
que son perfumes que bajan de la ladera.

Me gustan las flores sencillas,
la Margarita, blanca con el corazón de oro,
que juegas a me quieres o no me quieres,
al final los petalos le arrancas,
a la flor, que es la flor de la esperanza.

Con las claritas del día, me paseaba,
a ver como sale o nace el Sol,
cuando se esconde la madrugada,
y contemplar sus rayos que luz manaba,
en esos momentos comprendí,
que en el cielo la gloria se encontraba.

Dejé de mirar al cielo, y seguí mi camino,
me encontré con la Malva, flor de primavera,
su semilla se desplaza por milagro divino.

Me miró con tristeza porque su vida cesa,
nadie ni siquiera se acordará de ella,
después de sus mensajes de dolor,
cuándo, cuando acabe la primavera.

Cuando acabe la primavera,
los campos desolados quedan,
cuando acabe la primavera,
mi corazón, de ilusion apenado queda.



"DE LUTO LA POESÍA"

Sangre en esas calles empedradas,
Sangre, si, en un camino sin alma,
¡AY,! ciudad de Granada, que pena,
cuanta pena, guarda en sus entrañas.
Te quitaron a uno de tus hijos,
el hombre, que más te amaba,
dejaron en silencio, las gargantas.

Poeta, Federico García Lorca,
cómo llora, esa casa de Alba,
Don Cristobal y señora Rosita,
tristes, y no salen de su morada,

Tragedias, BODAS DE SANGRE, YERMA,
amor de Don Perlimplín con Belisa,
esos, los títeres de cachiporra,
no están solos, les daremos gloria.

De luto, gitanos del Sacromonte,
por los montes, corrieron las voces,
a su gran amigo, asesinaron,
qué tanto cariño, le demostraron.

De Víznar, por el camino de Alfacar,
¡Ay! Federico, cegaron su vida,
con el silencio, poderlo callar,
le dieron gloria universal.

Todos los poetas, te escriben,
te admiran, todos te recuerdan,
tú abriste el camino, de ahora,
fue su ternura, que enamora.

No llores, barrio del Sacromonte,
no lloreis, Granada, y la Alhambra,
que ya llora, todo Andalucía,
la muerte , silenció al poeta,
luto puso su pena, la poesía,
la Virgen de las Angustias, lloró,
por la muerte, del poeta, alma de Andalucía.



EL VIENTO Y EL MAR

Paseaba con mis ilusiones,
por la arena fresca y fina,
de la playa exhuberante,
de esa bella Andalucía.

Me senté mirando el cielo,
un poco embelezado,
el viento desvergonzado,
a la gaviota ha besado.

El mar tuvo sus celos,
brumaba lleno de rabia,
se puso alborotado,
con unas fuertes oleadas.

Por mucho que se movía,
consolar no se podía.
De él se reía el viento,
al verlo tan enfadado.

La gaviota le consolaba,
al fin se pudo calmar.
El viento pasó de largo,
sin quererlo molestar.

La gaviota le susurró,
conmovida de su amor.
¿No ves? ¿ El viento ya pasó?.

Yo te rondo y te rondaré,
para poderme posar,
en las olas azul y verde,
de tu maravilloso mar.


LA CHIPIONERA

¡Maldita sea la hora!
El reloj, las cinco y cuarto
de una triste madrugada,
a punto de asomar el alba.

Sólo eran las cinco y cuarto,
aurora, un nuevo día,
en medio de un silencio,
suspiros de agonía.

Con las sombras de la noche,
la "CHIPIONERA" se nos iba,
su alma en la lejanía,
su cuerpo yace sin vida.

Cielo de Andalucía
grises de nubes cubría,
derramando "to" su llanto,
de la pena que sentía.

Torero, Ortega Cano,
grana y oro su capote.
¿Cuántas veces en el ruedo
a la muerte has toreado.?

Fue su venganza maldita,
que se llevó en sus brazos
la rosa exuberante,
aroma más exquisita.

La "CHIPIONERA" llamaban,
la alegría de su gente,
la alegría de España,
te casaste con la muerte.



NOCHE FRÍA

Solo me encontré aquel día,
después se fue el resplandor,
y pegado a la sombría,
en el silencio del dolor.
Miraba, no estaba el Sol.

¡Que triste la noche fría!.

En un barquito de vela,
con los caprichos del viento,
a ti te quisiera llevar,
navegando mar adentro,
en que puerto he de atracar.

¡Qué triste la noche fría!.

Hasta la isla de mis sueños,
amarrar en la bahía,
en tu cariño me empeño,
tan solo tus ojos mirar,
con todo el amor que tengo

¡Qué triste la noche fría!.

Sólo, no dejo de pensar,
donde estará aquel barco,
que nos llevó por la mar,
donde tus ojos tan francos,
ya no me pueden mirar.

¡Qué triste la noche fría!.
¡Cual triste la soledad!



"PAQUIRRI"

Francisco Rivera.

Me acuerdo de aquella tarde,
cuando el sol ya decaía,
se oyó un grito,
acalló la algarabía.

Enganchado del asta
de aquel toro,
de aquel toro que mugía,
luchabas como un guerrero,
cuando a la arena caías.

Como un resorte, te levantaste,
con las manos,
la herida quisiste taparte,
donde mandaba tu sangre.

El toro de nombre Avispado,
se quedó quieto,
quieto como avergonzado.

Se te apagó tu sonrisa,
nos quedamos con el llanto,
dejaste en reguero tu vida,
¡Ay! ¡allá en Pozoblanco!



"POESÍA"

Regalo mi poesía a cambio de nada,
regalo mi poesía porque me sale del alma,
sólo tú me revives la alegría soñada.

Por ti mis entrañas ya están secas,
no tengo en mí, ni llanto, ni lágrimas,
no tengo frescura para mojar mis pestañas.

Cuánto te amo en silencio, poesía,
para mí, la vida, el respirar, la ilusión,
mi amor por tí, es la noche, el día,
las estrellas, consu juego de expresión.

Las fuentes con sus aguas,
donde la luna se mira,
se mira su cara, su cara blanca.

Y después del alba, el sol reluciente,
con sus rayos, semejantes,
a los trigales en el verano caliente.

¡Sí!. Por eso mi amor es para tí,
sin ti que sería, ¡Ay!. Pobre de mí,
donde irían, mis pasados vacilantes
que desilusión, si no tuviese
esa senda donde caminar.

Donde iría, mi cansino andar,
donde el camino con ilusión,
pueda hallar la paz y felicidad.

Así doy mi poesía, a cambio de nada,
la doy, la doy, porque me sale del alma.



REFLEJO DE VENUS

En el silencio de una tranquila noche,
miraba embelezado el reflejo de una Venus,
que la luna le reflejaba emocionada,
en aquella plaza, sola, sola desolada.

La Venus fría, sin corazón, sin calor,
todos la miran y la miran con emoción,
¡Ay! Venus mujer diosa, llena de hermosura,
en tus brazos posar quién pudiera.

Bien supo las manos del artista,
su sensual cuerpo modelar, él
quiso darle vida, amor, no puedo ser,
se tuvo que aguantar, dejarla en su libertad.

En la villa llamada Armilla, en un pedestal,
se encuentra esa venus, que con la mirada,
todos la pueden gozar, con la sonrisa,
este pueblo tenga su felicidad.

A ti Miguel Moreno, como la dejas sola,
Al vaivén de la luz de las estrellas,
que se elevan al firmamento, allá con los luceros,
puede que la enamoren, se pierda con el deseo.

Todas las noches pienso, que tiene un amante,
todas las noches, que las nubes la están bañando,
quién fuera agua de nubes, por su cuerpo ir pasando,
quién fuera viento, para estar a su cuerpo siempre besando.



Luis Ocaña 22,
10100 ARMILLA 
(Granada)

Tfno: 958 27 08 08